lunes, 15 de mayo de 2017

Capítulo seis

Ni los pensamientos, ni las sensaciones, ni las emociones existen de forma aislada; todo tiene lugar dentro de un cuerpo. De ahí entre otras cosas, que la psicología cada vez tenga una relación más estrecha con la biología y más concretamente con las neurociencias.

Denominamos cerebro a la máquina de la mente que opera dentro de nuestra cabeza. El encéfalo humano es la parte superior del sistema nervioso, que está compuesto por un entramado de fibras repartidas por todo el cuerpo cuya función es mandar y procesar señales nerviosas.
La médula espinal hace que se activen ciertos protocolos de actuación involuntarios que permiten mantenernos con vida, el encéfalo trabaja procesando bucles de información, dirigiendo impulsos nerviosos y creando otros nuevos.

El encéfalo está compuesto por cuatro estructuras fundamentales: el telencéfalo, el diencéfalo, el tronco del encéfalo y el cerebelo. Las características psicológicas que asociamos con el ser umano y el pensamiento abstracto como el uso del lenguaje, tienen que ver con esta última zona.
Cada cerebro tiene dos lóbulos temporales y ciertas funciones están mucho más localizadas en uno de ellos, por ejemplo los procesos relacionados con el lenguaje están más presentes en el izquierdo.

El trabajo de la corteza temporal consiste en integrar y dar sentido a todo el torrente de información que le llega. Por lo tanto, las áreas de asociación del cerebro tienen un papel fundamental en todas aquellas tareas que requieran combinar distintos tipos de información.

Todo el sistema nervioso en general está formado básicamente por neuronas, o células nerviosas y por unos pequeños cuerpos llamados células gliales. Las neuronas no sólo comparten una estructura muy parecida independientemente del tipo al que pertenezcan, también comparten una función básica: recibir estímulos de diferentes tipos y emitir estímulos nerviosos.

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