Segundo capítulo: Órdenes, costumbres y caprichos

Empezando por el principio... Eso de que hacemos siempre lo que queremos, pues no, claro que no es así. A veces, simplemente tenemos que elegir entres dos opciones que nosotros o hemos elegido. 

Pero lo que si está claro es que nuestra vida se basa en una toma de decisiones continua. Quedar en cama o ir a clase, ducharse o no ducharse, hacer esto, o hacer lo otro. Incluso cuando decidimos no elegir, estamos eligiendo. Y así durante toda nuestra vida. 

Dentro de nuestros actos, hay tres grandes diferenciadores, como bien dice el titulo del capítulo: Órdenes, costumbres y caprichos. 

Si le preguntáramos a cualquier persona de nuestro alrededor, cual de las tres estaría más predispuesto a hacer, seguramente sería la de los caprichos. 

¿Quién prefiere hacer una orden que un capricho? Los caprichos salen de nuestros gustos, de lo que nos apetece hacer en el momento sin que nadie influya sobre ellos. Si tiene razón el libro en que estos caprichos pueden ser influenciados por la sociedad o el círculo de amigos que te rodean. Que un amigo tuyo se da el capricho de comprarse un jersey que te encanta? Pues tu a lo mejor te da por comprar el mismo jersey y darte el mismo capricho. 

Las rutinas sin embargo, vienen de una serie de actos que hacemos con frecuencia, la mayoría de las veces, todos los días, por eso le llamamos rutina. Actos que hacemos casi de manera automática. 

Y las ordenes, quizá es lo que peor llevamos, hacer lo que nos mandan, sin que tu opinión o las ganas que tengas en ese momento cuenten para algo. Simplemente tienes que hacerlo y punto. 

En cuánto al capitán y al barco, todos nuestros actos van a tener una serie de consecuencias. De nosotros depende que esas consecuencias sean buenas o malas. Si el capitán del barco decide no tirar la mercancía y el barco se hunde, las consecuencias no serían para nada buenas, a diferencia de si la tira y consigue salir airoso de la situación con su tripulación a salvo. 

Por eso debemos pensar fríamente las consecuencias que pueden tener nuestros actos y obrar para que sean lo menos malas posibles.